miércoles, 14 de marzo de 2012

DT

Cada día se odiaban más, parecía mentira que con el paso del tiempo pudieran odiarse con tanta fuerza como los primeros días de amor. Ella, una chica de boli bic y de espaldas forradas de libros en soledad. Él, un chico que seguía confuso con su futuro y sin billetes para volar en un tren. La pareja que hacían no era normal, era más llamativa que un hospital sin salidas, como flores negras y hierbas azules.
Contradictorios tanto como la luna y el sol, pero siempre con decisión para poner un punto y seguido
La quería tanto que jamás pensó en olvidarla y aunque aún la sigue queriendo,teme los palos que le pueda dar su vida. Ella sabía perfectamente que era su primer y verdadero amor, que como él pocos pero mejor que él muchos y
él pensaba en ella como si fuera el pan de cada día y se identificaba con el pijama que la abrigaría cada noche.
Ambos, continuaban viviendo aquella historia que parecía no tener fin y que de hecho, por el momento, no lo tenía.

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